Cada 10 años desde 1801, Inglaterra y Gales han realizado un censo, que le da al gobierno y sus autoridades asociadas una imagen actualizada de la población. La Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS), a la que se unen agencias independientes escocesas e irlandesas del norte, generalmente les pregunta a los jefes de hogar por su edad, domicilio, ocupación, nacionalidad, estado civil, religión y otra información personal.
En su mayor parte, el ONS ha contado esa información a través de cuestionarios en papel que se han enviado en la publicación. Sin embargo, como parte de una nueva prueba, la agencia ha comenzado a usar datos de teléfonos móviles para rastrear dónde viven y trabajan las personas.